Ahí veo llegar a los
reciclados, como nuevos avanzan, ahogando pasados en 5 minutos, sin sostén de doctrinas, ni cuentas
que dar.
Desatan su danza sobre la paciencia de los leales, en esta
complejidad del tiempo, sin victorias que alcancen para consolar (el ansia el
veloz y los lobos corren).
Ahí veo llegar a los reciclados, murmurando antes de sonreír
y abrazarte.
Paso el tiempo de soltar de soltar infiernos, ahora te aman (igual que ayer), solo que antes no entendías su particular modo de amar.
Paso el tiempo de soltar de soltar infiernos, ahora te aman (igual que ayer), solo que antes no entendías su particular modo de amar.
Su convicción de BaPro trasciende toda ideología, lamentando
que antes no hayas logrado comprender su amabilidad… sus golpes dulces y sus
armas de amor, solo entraban en escena para que vos pudieras sentirte un poco mejor.
.
.
Ahí veo llegar a los reciclados, de viaje hacia “el país de
siempre acá”:
-Nadie podrá movernos si hacemos bien lo nuestro, solo es
cuestión de saber cuándo bajar.
Ahí veo llegar a los reciclados, con la amnesia de los "siemprebien" y sus 20 banderas en el placard, junto a un sinfín de amigos olvidados en las variables de algún lamentable error que de todos modos iba a pasar.
Son tan sonrientes y cordiales, que mañana podrían ponerte
precio y de todos modos la pasarías bien... y reirías de tanta amistad.
