sábado, 21 de mayo de 2016

El ejercicio de la libertad

Recuerdo la campaña de 2013 y ese slogan “en la vida hay que elegir”, planteando un escenario que claramente trasciende la coyuntura electoral. Porque ese “elegir” signa el deseo, las ganas de estar o no en determinado lugar, dejar algo e ir hacia otro espacio: elegir.
Y la vida, en fin, es la tracción en relación al deseo, ir por eso sin tibiezas corriendo el riesgo de chocar contra una pared (del otro lado podrían tener cosas más interesantes para hacer).
Esto sucede entendiendo que la ausencia configura el significado de la nada, cuando el deseo no es correspondido como en una implacable definición.
Mendigar en relación a esto es un intento estéril y triste, la dignidad no se recicla y lo único que queda es avanzar.

El ejercicio de la libertad obstina los caminos, muerde en las huellas de lo que al fin tendrá que pasar.
En la vida hay que elegir y las elecciones tienen su costo.


Sin pan y sin trabajo

Esta genialidad de obra pertenece al artista argentino Ernesto de la Cárcova.
Recuerdo que La Carcova también se llamaba la institución mas calificada en relación a posgrados de arte en Buenos Aires, desmantelada por Menem en los 90´s, pasando a ser un espacio dedicado a cursos en ascendente deterioro.
Hoy me cruce nuevamente con esta obra notando la brutal significación que volvió a cobrar. Regresa el libre mercado y el sálvese quien pueda,  y el arte surge implacable resinifica este darwinismo social que vuelve a pendular sobre el  territorio de nuestro castigado país.




"¿Quien resistira cuando el arte ataque?"